jueves, 18 de noviembre de 2010

HOY


Con mi obsesivo concepto de la igualdad entre los seres humanos, que de hecho no ha sido así desde los comienzos, ya que los tan mentados primeros habitantes ¿? de la tierra debieron cometer incestos, matanzas y otras yerbas, sigo con un derrotero que me lleva de la manos al Congreso de la Nación.
Congreso de la Nación. El que en 1863 Guillermo Rawson, ministro del Interior de Bartolomé Mitre aprobó y firmó los planos del arquitecto cordobés Jonás Larguía, sito en Balcarce y Victoria.
El 12 de mayo de 1864, con Elizalde, el Gral. Gelly Obes, Costa y Dalmacio V. Sarfield luego de su discurso inició el período inicial de sesiones.
40 años después, en 1864, con la federalización de Buenos Aires, abruptamente trasladaron senadores y diputados al vecino pueblo de Belgrano, (actual museo Sarmiento). Se reunieron 4 meses y previa solución del conflicto entre Avellaneda (Presidente) y Carlos Tejedor (Gdor. de la Pvcia. de Buenos Aires), residiendo allí las autoridades provinciales.
.El 10 de mayo, el entonces Pte. Roca al entrar al recinto, recibió una pedrada a lo que contestó: “ Ésta es la primera cachetada que he recibido en mi vida”. A mi entender hubieran venido bien muchas más.
Wilde, médico, lo atendió, diciéndole : “No es Ud. que la ha recibido, sino el decoro de la República”.
Me pregunto ahora, en estos tiempos nuevos, con aciertos y errores, más de los primeros que de los segundos, con cantidad de escuelas primarias, secundarias, universidades, tantos establecimientos públicos para el aprendizaje de nuestros ciudadanos, ¿ a quién o quiénes ha ofendido con su grosería, su matonaje, este personaje que ocupa una banca en el Congreso? ¿A quién o quiénes hirió en su decoro?
En el boxeo, que no considero deporte, valga quien me contradiga, los boxeadores buscan ganar, por dinero o escalafón en la carrera. La pseudo congresista no tenía cara de deportista al emplear el cachetazo para su venganza o la defensa marital. La pseudo, mostró ineficacia al no tener verba para responder a lo que consideraba insultos. Y si un profesional del debate y la palabra no está capacitado para comportarse, su tarea deberá ser otra.
El Congreso Nacional en estos momentos, me parece un nido de enemigos de la Patria, en busca de no sé cuál es su ganancia o la sé y me ofende, como ciudadana argentina que soy.