sábado, 27 de septiembre de 2008

Y encontré entre mis papeles, algo que mi madre había guardado para mí,
de Alfredo Meloni.
" Estaba viendo televisión como es mi costumbre, de espaldas y mientras no dejaba de trabajar en lo mío, (mi trabajo no puede darse el lujo de tomar vacaciones), escuchaba las distintas opiniones, " uno envejece cuando comienza a arrastrar los pies"...cuando se pone rezongón...cuando el almacenero le pregunta ¿qué quiere, abuela?...cuando pasa la noche despierto...
¿Mi opinión?
Yo empezaré a envejecer cuando ya no tenga ganas de hacer cosas.
Cuando me conforme con vivir de recuerdos.
Cuando la indiferencia desaloje al entusiasmo.
Cuando me siente a esperar lo que nunca quisiera que llegue.
Cuando sea incapaz de gritar convencida ¡todavía soy capaz de sentir! ¡ Todavía soy capaz de pensar! ¡Todavía soy capaz de querer! ¡Todavía soy capaz de luchar! ¡Todavía soy capaz de dar!"

"Una racha de viento, poderosa y aleve
al borde del camino la tumbó para siempre.
Caído y todo vive. Hunde en la oscura tierra
con avidez, las cuatro raíces que le quedan.
Y echa al aire sus cuatro flores redondas,
amarillas como para decirnos que vive todavía"

Si hubiera querido yo describir a mi madre que me dio este texto y a mi hombre que me acompañó en la vida, no sería tan fiel en sus retratos.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Sobre la entrevista de Ana Laura Pérez a Laura Alcoba

Leo la entrevista que le hace la periodista premiada en Italia, a Laura Alcoba, autora de la novela "La casa de los Conejos" y desde el comienzo me intriga el nombre. ¿Por qué de los conejos? Tienen una gran importancia. De ellos se valieron para escudarse del horror.
La novela está editada en francés, español e inglés, son los recuerdos del pasado de Laura en su infancia en un escondite de Montoneros.
Esta interviú no hace más que aumentar mi repudio de por vida hacia las AAA y Las Fuerzas armadas de nuestro país..
En la historia esta niña que contaba apenas siete años, recuerda el exilio obligado en su propia ciudad, en su propia Patria, cuando debe dejar su vivienda, desocuparla para alojar en ella a Montoneros.
En un párrafo de su libro describe" Hemos tenido que dejar nuestro departamento porque hay personas que se han vuelto peligrosas(aludía a los gloriosos, execrables miembros de la triple AAA) porque levantan a los militantes como mis padres y los matan o los hacen desaparecer - y agrega - mi madre dice que es pasar a la clandestinidad".
Laura Alcoba, hoy adulta, escribe la escritora, en realidad no tenía intención de contar su infancia. Con sus padres, periodistas, literatos, políticos e intelectuales residía en La Plata, Él estuvo detenido por prmera vez en 1971 y volvió a caer en 1975 y la pequeña debió quedarse al cuidado de los abuelos hasta tener noticias de su mamá.
Él fue legalizado, mas cuando estaba preso lo visitaba quincenalmente y al irse del país su relacion fue epistolar. Su papá le recomendaba qué leer y así la chiquita entró en el mundo de las letras, de la mano de El Lazarillo de Thormes.
Estudió Letras en Francia en la Ecole Normale Superioure, se especializó en el siglo mde Oro español, dio clases, tradujo y escribe.
Después de La casa de los Conejos, su próximo libro será sobre Madrid de los 60 y volverá a las imágenes argentinas.
Ella cuenta en la entrevista que a su regreso en el 2003 a Argentina le surgieron mi escenas, la casa del escondite, sus cuidados a Diana la hija de Chiche Mariani, cuya nieta todavía no apareció y Abuelas la siguen buscando.
"Esa inversión - dice - entre vivos y muertos, fue el punto de partida".
Ver con su pequeña en brazos las ruinas de la casa de La Plata donde vivía escondida con su mamá y otros militantes, hace que dedique el libro a Diana, Diana Theruggi, que murió en el asalto del 24 de noviembre de 1976 comandado por Suárez Mason y Camps. 7 muertos, y la beba de Diana que nació el 12 de agosto de ese año sigue sin aparecer..
Laura se encuentra inmersa en una gran culpa: el no saber por qué unos murieron y ella no. En tonces centraliza en el libro el azar.
Quiere trabajar los recuerdos como historia para que llegue al lector de esa forma y lo hace con las ambigüedades que da la ficción.
Yo considero que ante tamaña satrapía, en el fondo saldrá a la superficie, la verdad.
Cada día que pasa me avergüenza más nuestro pasado.
Me pareció excelente la entrevista. Este es un pequeño paneo de lo leído y espero pronto leer La casa de los Conejos.
Diré el por qué de ese nombre.
La mamá criaba conejos para despistar todo movimiento extraño que pudiera llamar la atención, ocupándose de los animalitos.