jueves, 23 de octubre de 2008




¿Sabés?
Todo lo que escriba
aún lo que piense
no tiene sentido.
Tu ausencia ausenta mis tiempos,
limita mi mente
también me obnubila.
Inútil que el sol aparezca
o la infame luna brille.
Mi egoísmo es tal
Que ya nada importa
todo es vano, fútil, impreciso.
Yo creo que estás, y te gusta
esconderte
para que juguemos
el juego de entonces
cuando en la infancia
para tu fortuna, en todos los juegos
siempre me ganabas,

ESTABA FRESCO

Una sí otra no. Una floja otra no. Saltaba de baldosa en baldosa jugando. Una sí otra no .Medio de yerba medio de azúcar… mamá le había encargado. Repetía el pedido, no fuera cosa que se olvidara. Nunca hacía mandados. Pero llegó la tía Élida y la yerba y el azúcar faltaban para hacer mate. La tía no tomaba más que mate. Té, no, café, tampoco. Igual necesitaban el azúcar Las visitaba hoy porque no vendría el sábado en que ella cumplía los siete años. Ya soy grande, decía bajito al salir de la casa.
Para ir al almacén tenía que cruzar desde su puerta y caminar media cuadra. El sol no estaba. Hacía fresco. No pensó en ponerse un abrigo, su mamá tampoco.
A medida que saltaba oía el ruido que hacía al pisar las hojas secas. Era divertido. Le sonaban a musiquita…
la la sí…la la no.

Se paró y el sonido de las pisadas no se detuvo
, continuaba. Se quedó inmóvil. Un temblor desconocido le corrió por el pequeño cuerpecito. Impávida se detuvo, con terror se dio vuelta y empezó a correr de vuelta a su casa. Cruzó la calle, empujó la puerta y con una exhalación dijo, mamá, ¡en el almacén no hay yerba ni azúcar !.

miércoles, 22 de octubre de 2008

EL, ELLA...EN EL TIEMPO











Un cuerpo vigoroso, armónico , una voz melodiosa, enérgica...
Todo en un hombre que aclamaban desde las tribunas. Juancito, Juan, Nano, tenía la virtud de ser vitoreado.
¿De dónde emergía ese ímpetu, ese talento para abordar las disciplinas todas las disciplinas del atletismo o la entrada al agua en una pileta profesional como la del parque de los Patricios, delfín, apartando las aguas en dos sin que a una gota se le ocurriera salir de su lugar?
El hombre de todas las capacidades, deportista completo, profesor de convocatoria como unos pocos cuantos, complaciente jefe de familia, padre tierno.

Aún veo su figura estilizada, de guardapolvo blanco, cabellos negros pegados a su cabeza como lamidos por mis besos.
Aún tengo su sonrisa blanda, comprensiva, los ojos destilando ternura y esforzando dureza, al querer ser fuerte ante 1.000 ó 1500 niños también de guardapolvo, no tan blancos y al cuerpo, como de prestado.

En el Parque de Recreación donde era Director hacía sonar la campana silenciosa, sin badajo, para mantener el orden ante la multitud barrial, pobre mas no miserable, un sinnúmero de chiquilines en orden, a la espera de regalías como la comida, la atención médica, el cuidado de los dientes, la odiosa y obligada siesta en las sillas tijeras bajo la sombra de los árboles del verde o la deseada entrega de los Reyes Magos en enero.

Aún atrapo la cabellera dorada de ella, en un rodete que la hacía señorial, asomada a la diminuta terraza del departamentito en el mismo predio, en estricta soledad, desde donde miró cuanto podía, casi 10 años, los vaivenes de él, de nosotros tres y de la cantidad de cabecitas carpinchos que pululaban trajinando de aquí para allá.
Aún los veo a los dos. ¡Ah! ¡Cuánto los necesité, parasoles del infernal estío y de los horrendos días de frío!
¡Cuánto los necesito hoy! Forzosamente me refugio en interminables recuerdos.
Por la tarde, ya bajo el sol o habiéndose enfriado el día, él solía preparar en el deporte a cantidad de elegidos, naturalmente o por su empeño, para presentarlos en clubes importantes y hacerlos verdaderos deportistas, a su estilo.
Y nosotros tres hacíamos lo posible para ponernos a su altura. ¡Cómo nos costaba! ¡Pero era tal su perseverancia y tanto su conocimiento!
Después, privilegiados de la vida, en fecha escolar, nuestras obligaciones nos esperaban, (en ese entonces eran obligaciones; hoy es un agradecimiento a sus desvelos). Favorecidos, porque jamás pude saber si algunas de esas personitas de la colonia, que no pasaban los trece años, tuvieron acceso a salir del medio. Nosotros, sí.

Una tarde de verano, un domingo, en que él nadaba en la pileta de la colonia haciendo maravillas desde el trampolín, nos sugirió ir al Tigre donde teníamos “El Palomar”, como había bautizado ella la casita de Parque Alegre, allá en el Delta. El Tigre no me gustaba. A los demás, sí. Pero a fuerza de no contar con otra distracción a mi alcance, no me quedó otra que ir. Odiaba el tema.

Él se solazaba con el paisaje describiendo el Paraná de las Palmas y contaba las anécdotas de su juventud en las islas, en la casa de sus parientes en el arroyo El Ceibo, a la altura de la provincia de Entre Ríos, donde se sucedían sus veranos juveniles, pescando y cocinando para ellos, con gran alegría de los familiares isleños, a quienes les llamaba la atención esa faceta de un porteño.
Y fuimos.
Hacía calor en la lancha colectiva, barcaza con asientos laterales como para pasar a dar lección al frente. La heterogeneidad del pasaje contrastaba con el pasaje. Una señora con sombrero, el sombrero calado característico de las señoras mayores extranjeras para cubrirse del sol, con aire de viajera habituada, bolsos a sus pies y a sus costados, espiaba con subestimación a los demás, en tanto dos cañas de pescar nuevecitas emergían de dos pequeños pigmeos que interrogaban al padre a cada rato para saber cuánto faltaba. A esto se sumaron dos personajes estrafalarios, raros, atemporales, vestidos incomprensiblemente, que secreteaban en un cuchicheo ininteligible.
En tanto, una parejita, ella muy Dorys Day, con unos grititos altisonantes y él, galancito de telenovela, alababan hasta el color de los almohadones de los asientos, que eran casi descoloridas No perdían detalles del paisaje.
Una nena lloraba a todo moco por el miedo que le producía el ruido de la lancha, el agua que nos rodeaba y la gente.
Justamente esto me pasaba a mí, con la diferencia que yo tenía quince años y no lloraba a moco tendido. Yo viajaba asegurándome con las manos la presencia de los salvavidas debajo de los asientos, porque estaba convencida que el sólo contacto con el agua produciría mi muerte.
Al fin llegamos al muelle de Parque Alegre.
Yo, aburrida. Yo, resignada.
Ella y él ocupándose de nuestros bolsos, mis hermanos retozando por la cuadra hasta el Palomar, tratando de avistar a Banderín, blanquísimo y fácil de montar. No para mí y sí para mi hermana que lo bañaba y cepillaba en cuanto llegábamos.

Ese fin de semana llovió a mares y agradecí haber llevado” La Ciudadela” y así leer, apartándome un poco de lo que consideraba “los chicos”. Pero los pequeños no soportaban el encierro y él los llevó a cazar ranas.
Ella, que no acostumbraba a sestear, se recostó, recreándose vaya a saber en qué pasaje de su hermosa juventud llena de música. Y yo me regodeé con mi libro, quedándonos las dos bien solas a nuestro gusto.
La casita era alta, por lo que no me mojaba ni los pies, que era lo que más me fastidiaban.
¡Ésa cosa mía con el agua del río!
Estaba bajando el sol y oscureció muy pronto. Ella se impacientó por la tardanza y me di cuenta aunque disimulara de su nerviosismo.
Las ranas croaban insoportablemente fuertes El agua caía anegando la planta baja. A ras del suelo, asomadas por la ventanita, vimos una luz. Parecía un farol. A mí se me ocurrió que el lucero se había caído. ¡Cómo iba a haber lucero con esa nochecita que se avecinaba!

Un - ¡hola! ¿Hay alguien? nos sacó del silencio de la ciudad de los muertos en que se había convertido El Tigre. Ella muy asustada, (se asustaba de todo), preguntó con una voz salida de sus inmensos temores - ¿Sos vos? Silencio intenso. – ¡Ay! no, nena, no son ellos. Tuve miedo, como esas tantas noches en que los fantasmas de los vivos y los de los muertos vivos me atormentaban despertándome en un océano de hielo, hasta que “él” ponía sus manos sobre mi frente y yo volvía a tener paz.
Se acercó el foco y cuál fue mi sorpresa al ver a” los raros”, despeinados, embarrados, preguntándonos con desazón si podían entrar a la casa.
Ella, vencido el miedo por la hora avanzada y las voces extrañas, aceptó y yo me quedé mirándolos. Ya no eran los raros de la lancha colectiva, eran dos chicos como yo, como mis compañeras del Normal. Se les habían ido, por la mojadura, los peinados espantosos que los hacía particulares. Mamá les ofreció ropa para cambiarse y un té. Yo seguía con mi asombro. ¡Eran comunes!

Y contaron sus historias, tan normales como ellos, y tan tristes como la de tantos!
Mal en casa, mal en el colegio, a la búsqueda de otra vida, sin padres los dos, sin intereses, sin compromisos.
Los cazadores nocheros regresaron y encontraron las visitas. Con su benevolencia oculta y aparente adustez, mi siempre “caballero andante”, mi “Cid”, conversó con ellos largo rato. Como siempre, se dio al rescate, a la plática instructiva que no aburría, que deleitaba.
Se quedaron el fin de semana hasta que la lluvia amainó y se fueron con una fuerte y firme promesa de volver a vernos. No nos vimos más.

Hace un año, a tantos de ese episodio en el Tigre, sin ÉL y sin ELLA, mis padres que ya no están, en la guardia del hospital donde trabajo, encontré dos caras que reconocí de inmediato:… “los raros”.
Él, médico, ella, enfermera, bajaban de la ambulancia a un herido de bala, en pésimo estado.
- Apuremos gorda, comunicate con los chicos a ver cómo están así al terminar la guardia vamos para casa. En una hora, más o menos, avisales.

Desde hace un año, después del encuentro en el Hospital, volví a hacer la misma promesa hecha allá por el cincuenta y... pero esta vez, con frecuencia seguimos viéndonos y la mayoría de las veces les contamos a nuestros hijos pasajes de nuestro encuentro, en una noche lluviosa en El Tigre, con el recuerdo de los dos personajes maravillosos que conocieron y que nosotros tuvimos como padres.








lunes, 20 de octubre de 2008














MI BELLA DAMA





Tarde primaveral.La calle quieta. Atardece. La calle Malvinas lucía sus árboles con el esplendor de verdes engamados.


El barrio tranquilo. Algún que otro vecino pasaba en bicicleta y un silbido se iba perdiendo desde Francisco Bilbao hasta Monte y rompía el silencio que de tan silencioso se hacía aburrido.

Los pequeños lucían brillantes sus zapatillas blancas producto de la tiza en polvo, casi nuevecitas, envidia de los otros chicos de la cuadra. Muchas veces la mayor y la menor pelearon para defender al del medio que se quedaba corto en la atropellada.


Ya sentados los tres en el umbral de la puerta, la ventana del çomedor se abría y la dama rubia del peinado con rodete a lo Evita, echaba la mirada acostumbrada y reconvenciones " quietitos ahí, no se vayan del umbral, no crucen la calle"... Era lo esperado de todas las tardes. Y una vez ella tranquila, comenzaba el concierto de piano.


Empezaba siempre con "Inspiración", seguro luego "Tinta roja", " El motivo", "La última copa", "Desencuentro", pero cuando venía "Fumando espero", el niño entraba corriendo, se ubicaba bien cerquita y acompañaba.. "fumar es un placer, genial, sensual, fumando espero al hombre que yo quiero..." y cuando llegaba a "·los cristales de aquellos ventanales " las chicas se asomaban para ver y oír a quien ni sabía de qué se trataba lo que estaba cantando. Cuando escuchaban "La que nunca tuvo novio" ellas tampoco entendían y al compás de "Garúa", imaginaban las botas y los impermeables.


Este ritual, con cambio de temas, pasó a ser el concierto de las reuniones familiares, acompañando a los coros que se formaban con pedidos aún de los temas que nunca había interpretado. ¡ Porque de tango, de tango y orquesta tenía mucha experiencia!


Épocas lejanas, años que no necesitan borrarse.


Fuiste mi pianista preferida, vos, que traías tu historia como profesora de violín cuando apenas contabas trece años. Vos que ya para entonces dabas clases en el Conservatorio donde estudiaste, vos que fuiste Directora de orquesta de mujeres, con tu mágico violín, tus trajes de noche comprados de segunda mano iluminando con tu belleza el palco desde donde mirabas al público de tantos cafés de la calle Lavalle.


Aún te veo con tus ochenta y pico, mamina, poniendo el pie en la sordina y tus manos en el teclado con la pulsación de hombre, como Luis Visca o Horacio Salgán .


Mamá, todavía te escucho, te veo.
Sigo admirando tu oído exquisito, tu estilo, tu forma de interpretar, Algo muy dentro mío.


"A la gran muñeca" sonó fuerte cuando nos dejaste para seguir acompañándonos siempre.

jueves, 16 de octubre de 2008

FUI LLEGUÉ SOY



Voy, vengo, me llevan, me traen, desde chiquito estoy muy cuidado.
En la primaria, ¿por qué mamá no me dejaba ir a los cumpleaños? ¡Yo me quedaba con un gusto amargo en la boca! Me parece que era el único que faltaba y al otro día, escuchaba los comentarios y ya no me entristecía, me enojaba.
Con el pasar de los años, me fui acostumbrando. Para entrar al secundario, no pude elegir colegio, aunque en esa edad, ni se sabe qué se quiere. Pero yo quería ser maestro y después estudiar Historia.
No pudo ser.
- Ser maestro es no ser nada, escuché decir a papá en un almuerzo. ¿Historia? Hay otras materias…Y no estudié Historia.
Al cumplir los diecinueve, viajamos a Europa y acompañados por la familia de papá recorrimos gran parte de ella. Decidieron quedarnos por un tiempo y en Italia, chapurreando primero y estudiando, mi italiano fue fluido.
Nos quedamos a vivir en Italia.
Mamá que sabía de mis aspiraciones, aceptó que pintara. Yo quería pintar, porque lo de Historia había quedado amordazado en el olvido. Pero la necesidad imperiosa de saber, conocer de los próceres, de San Martín, Belgrano, Moreno, me rondaba. Era una obsesión indefinida.
Y en cuanto pude escapar a esa sensación que me rodeaba de sentirme prisionero de los tiempos, los gustos, comencé la búsqueda difícil en en bibliotecas en tierra extraña.
San Martín me apasionaba, Belgrano me emocionaba y Moreno hacía como una fogata dentro de mí que no podía apagar como su fuego interior.
Volvimos a Buenos Aires por unos negocios pendientes de papá., papá, que nunca se interesó por mis problemas juveniles, adolescentes.
Hubo familiares que me decían cuando alguna vez vieron mi cara triste ante una negativa áspera de él, seca, cerrada, que no había sido tratado con cariño. Me pregunté muchas veces por qué no me hablaba con cariño
¿Saben dónde estoy hoy?
Estoy en casa de Abuelas. Acabo de encontrar a mi familia. A mi abuelita, a la mamá de mi mamá ¡viejita hermosa! .
Hoy soy.
Soy el que soy.

martes, 14 de octubre de 2008

El indio no es el que mira usted...
Alan Mills

El indio no es el que mira usted
en el catálogo de turismo,
cargando bultoso
llevándole comida a la mesa.
Tampoco el que ve desde la ventanilla
y pide monedas haciendo malabares,
ni el que habla una lengua muy otra
y resiste fríos nocturnos.
No, el indio está adentro,
y a veces se le sale,
acéptelo,
aunque lo entierre en apellidos,
aunque lo socave bien
y niegue su manchita de infancia,
ahí está, acéptelo.
Y si aparece esa agua rancia,voraz,
el aguardiente que inflama,
ya verá que se le sale,
el indio empuja con su fuerza de siglos,
emerge ardoroso y se le sale,
con lo guardado,
con lo que dura doliendo.
No, no es otro,
el indio soy yo,
a ver, repita conmigo.

domingo, 12 de octubre de 2008


El texto que transcribí más adelante y en el que expreso la exposición del cacique aborigen, aclaré que fue escrito por el periodista bolivariano Luis Brito García. No me detuve mucho en él, en un comienzo . Dicha exposición que circula desde los años 90 , tuvo su difusión a nivel mundial.

Me llegó, como a tantos, por medio de un mail y es ahí donde me interesé y estoy segura que su difusión fue muy extensa.


Luis Brito García es un intelectual de izquierda totalmente comprometido y participativo en su país, con su ideología en pro de la democracia. Él dice : "En casi todos los medios de mi país estoy vedado, pero ahí está el cacique Guaipuro, difundiéndose por sí sólo en todo el mundo".


Luuis Brito García nació en Caracas en 1940. Obtuvo premios y galardones como Premio Casa de las Américas con La colección de relatos Rajatabla (1970), Premio Internacional por la novela Abracadabra (1979), Premio en Literatura Humorística Pedro León Zapata por "Me río del Mundo" (1981 9, "Orgía Imaginaria" (1984) ", Premio de Teatro Juana Sujo por "Venezuela Tuya" (1971, Premio Municipal de Teatro por "El Tirano Aguirre " (1970, Premio Latinoamericano y Dramaturgia Andrés Bello por "La misa de la esclava" (1980 ), y estrenó la ópera "Salsa", con música de Cheo Reyes en 1977.

Está sabido que es un gran pensador, periodista de opinión e investigador de Ciencias Sociales.

Todos estos datos los tomé de la página de Cultura del periódico Miradas al Sur.

Desde muy niña, argentina, aún antes de querer ser maestra, me planteé el tema de los festejos del 12 de octubre, (siendo nieta de inmigrantes). Me decía, si América continente existía y Colón vino hacia occidente, quería decirse que ya había pobladores.

En cuanto empecé a estudiar Historia, me enseñaron que el 12 de octubre era "fiesta" o "feriado", por los festejos. y con el tiempo, supe, muy pronto que eran años, como ahora son 516 en que Colón llegó a América y que no descubrió lo que ya existía, que se encontró con una civilización adelantada. Que España, ejerció presión y opresión a los pueblos, les quitó su lengua, haciendo caso omiso de que tenían su propio alfabeto, les cambió sus costumbres, los evangelizó con nuevas creencias, es decir les hizo abandonar su religión, ignorando sus propios dioses y por sobre todas las cosas se apropió de sus riquezas en oro. Que fue lo que esperaba de estos viajes del genovés, Isabel la reina de España.

Es lamentable que la Historia, como materia, que se enseña en los establecimientos educativos de nuestro país, Argentina, y especialmente los privados,no estén agiornados, que no sea la verdadera, y nuestras próximas generaciones no sepan con claridad y cuanto antes reconocier a los auténticos dueños de las tierras americanas y que en gran número, alrededor de 40 millones de aborígenes siguen siendo "los más pobres, los más explotados, los más marginados, es decir los saqueados" (así se expresa la escritora Jimena Arnolfi, en el periódico que nombro al comienzo, "Miradas al Sur". AMÉRICA SIGUE PERDIENDO

miércoles, 8 de octubre de 2008

Los tres temas que pongo en este mail a continuación, son para mi amigo, vecino, desconocido por mí, aunque debiera conocerlo, pues ha crecido y ya no es el niño que era y además de joven amable, que me dio las monedas que no me alcanzaban para tomar el colectivo juntos.Tuve con él una conversación enriquecedora para mí.
Encontré un joven con alma y espíritu de artista, de lleno en el tema y hacía mucho que no oía de boca de un varón, tanto amor para el teatro.
Van para él, estos temas, que quieren ser monólogos como para escenificar o ubicarlos dentro de sus trabajos.
Para vos futuro artista


ESPERAS

¡Qué esperas, altanera, con la mirada puesta en el vacío con ojos que no consiguen ver lo que aguardas con ansiedad intensa? ¿Será al delfín aún no ha llegado de los mares que lo circundan y envuelven, atrapado por medusas de filamentos de oro y extraños ritos cerrándole la huída?
Discurres,( te oigo), y dudas en sentar al reo para rendir sus culpas.
Como sin querer te preguntas ¿qué le habrá sucedido esta mañana?
No lo adviertes. Está ahí. Te observa y yo también
Te mira desde lejos, otea sagaz, oculta aviesas intenciones.
Te espía con avaricia cierta, protege su tesoro más preciado.
No lo ves.
Se acerca lento, sigiloso, lo veo como leopardo en celo, cuidadoso de su presa y sus captores.
Se apura, te toma de sorpresa......y giras hacia él y vuelve la vida y .las ganas de andar por las montañas, escalar cerros, vadear los llanos, unidos, tomados de la mano.
Ya. Ya se ha ido tu mirada vaga llena de desconfíos.
Ya cambiaste el color de tus mejillas y vuelves, como otras, a reír esta mañana.


. RETABLO

Carcajadas calientes resuenan en la noche pintada de rocío. Tengo miedo y frío
Fantasmas, polichinelas de un retablo de tallas grotescas, juegan despiertos, se extasían procace insolentes marionetas salidas de una pesadilla rondando el arrabal.
Sólo vos, incólume estatua muerta, apostura de blasón extraño, ritual profano, en el piélago verde
Nubes dilatadas, perfiles lineales y las alhucemas, juntas velamos tras las rejas
La espera es inútil, no llega.
... Mejor olvidemos... tú, marmórea, yo... yerta, esta espera de tanto esperar.
ÉL, CAMINANTE.( hiperbreve mudo)

Un carro sin caballo. Detrás él. Él, 40, 50 años, pueden ser 100.
Mal afeitado, rubicundo, pelo agrisado al descuido asoma bajo su gorra deshilachada. Empuja con todas sus fuerzas el que quiere ser vehículo. Ya casi no puede. Los cartones sobrepasan su escasa estatura. Se para. Espera y retoma resuelto, Se agacha para acomodar los viejos zapatos sin cordones. Se yergue y aparenta ser más joven. Vuelve a encorvarse para empujar y continuar su camino.
Hace frío. No le hace mella y apenas se envuelve en una especie de bufanda negra, gris o más bien parda. Le alcanzan unas botellas de plástico y algunos cartones. Agradece con un gesto quitándose la gorra.
Un gracias y continúa su ruta interminable.


MALENA, pequeña (soliloquio)

Miro el cielo, es azul, ¿lo ves vos ?ni una nube lo perturba, cientos de colores suben. En el globo más lindo, más perfecto, en el del color de las lilas, estás vos, Malena.
Conformás un poema hermoso y fragante, con olor de lilas, que perfuman…como vos.
Sin par, te veo en la dimensión del globo lila; otros te acompañan, se funden en hermosa sinfonía...como vos.
Tus ojos, pequeña, enmarcados por el flequillo negro, con el resto del pelo hacia los lados en esa perfección de tu cuello terciopelo, te hacen parecer un Modigliani.
Habrán otras niñas llenas de bondad...como vos, criatura de candor que embelesa.
Te observo, niña y mi fascinación… vuela…escapa del entorno que me circunda, adivino el vuelo de las mariposas coloridas y las hadas que te han dado los dones.
Posiblemente no entiendas mis miradas insistentes, criatura de candor inocente, nieta mía.
Atesorás, Malena, el conjunto del aroma de las flores, que perfuman como…. vos.

espero amigo artista que te sirvan de algo para tus pruebas o ensayos o simplemente para leerlas y decirme algo sobre ello
Ante la llegada del 12 de octubre y de las Fiestas preparadas para la memoración del Decubrimiento de América, que sabemos bien que ya exixstía, como no estoy de acuerdo de que la fecha sea un festejo y sí, de que es un acontecimiento que rememora una gran invasión y el más grande genocidio, aún mayor que el genocidio nazi expongo en éste, mi mail, la siguiente exposición

Exposición del Cacique Guaicaipuro Cuahutémoc ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea

El texto al que me refiero es una obra de ficción, pero su contenido es aceradamente cierto.La crítica a los europeos absolutamente justificada y la redacción muy ingeniosa.
El cacique Guaicaipuro existió hace poco menos de quinientos años, aunque su nombre real no incluía el ahora añadido Cuahutémoc.
El autor del relato es Luis Britto García (Caracas, 1940, escritor venezolano), que lo publicó el 6 de octubre de 2003, con motivo del Día de la Resistencia indígena (12 de 0ctubre), bajo el título de "Guaicaipuro Cuatemoc cobra la deuda a Europa".

GUAICAIPURO CUAHUTÉMOC COBRA LA DEUDA A EUROPA


Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuahutémoc he venido a encontrar a los que celebran el encuentro.
Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace solo quinientos años.
Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante.
Nunca tendremos otra cosa.
El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron.El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme. El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento.
Yo los voy descubriendo.
También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses.
Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.
.¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento..
¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano!
¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que ¡el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos! ¡No!
Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa.
Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.
Yo, Guaicaipuro Cuatemoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis. Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan “MARSHALLTESUMA'', para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.
Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados ... por el Fondo Indoamericano Internacional?
Deploramos decir que no.
En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.
En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo.
Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman, según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar.
Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarle a nuestro hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo.
Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia.
Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra. Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?.Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los Indoamericanos.
Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente, y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica....Dicen los pesimistas del Viejo Mundo que su civilización está en una bancarrota tal que les impide cumplir con sus compromisos financieros o morales. En tal caso, nos contentaríamos con que nos pagaran entregándonos la bala con la que mataron al Poeta.Pero no podrán. Porque esa bala es el corazón de Europa.

domingo, 5 de octubre de 2008

LA CONDESA DESCALZA


Deslumbraba tu cabello despeinado, semirizado, los rulos al viento. Los ojos centelleaban abarcando el espacio. Bracitos cortos, tus manitas regordetas aleteaban, palomas voraces y tu cuerpo se deslizaba en el piso mugroso, húmedo del amanecer. Volabas, no caminabas.
El frío me atenaceaba, a vos, ni el viento ni el frío te herían.
A mí, sí.
Rrecogías del suelo,¿eran perlas o pedruscos? que no lograba distinguir..
Aclaró.
Tus ropas semiandrajos, las piernas desnudas y los pies descalzos.
Al grito de tu madre (¿lo sería?), volviste la cabeza.
Cada tanto te veo, pequeña niña, mi condesa descalza.

viernes, 3 de octubre de 2008

EL JOVEN ESTÁ REFLEXIONANDO





El joven está reflexionando
El joven está reflexionando pensativo, ausente. Se hace muchas preguntas, mientras patea perlas que son pedruscos, el joven está reflexionando pensativo y ausente, el joven está reflexionando.
¿Qué le pasa al joven?
¿Sueños desvaídos?
Los árboles gigantes, talados. Con extrañeza mira a su alrededor. Descubre que es un páramo.
El agua que corría rauda con brío bajando de la montaña ha desviado su curso, no la ve, el sol que no daba tregua y sí vida, falta como el sonido. Los pájaros no cantan, no están. El titilar de los bichitos de luz ¿ adónde se habrán ido? Las flores de millonésimos colores y el verde musgo han desaparecido.
¿Qué pasa con mi tierra?
El joven acaba de descubrir que depredadores la arrasaron.. Intenta moverse y acudir a buscarla, a ella , la reina de sus ensueños. Descubre que la arena iridiscente no la rodea y el sol no la dora, no hay respiración en lado alguno y ella no está.
Sólo un par de tijeras apunta a su pecho, le quema, le arde. Sudor helado lo cubre, las sábanas se le han pegado al cuerpo.
Abre un ojo, un solo ojo.
Entonces sabe que ha tenido una horrible pesadilla.


INTERROGANTE







¿Dónde se acomoda sino en ese sillón del rincón que no se vean los ojos gastados marrones, marrones nada? Nada como supo ser su pelo castaño nada hasta llegar a un rubio dorado para que las canas no mostraran los estragos de los años?
¿Él entenderá?
¿En qué iba arefugiarse sino en ese negro brillo abetunado, al que no divisaba en las noches negras sus ojos renegridos?
Él entendía. Si no, en la loca soledad, soledad de soledades de vacíos, de caricias lejanas ya. no subsistiría. Pero está.
¿Para qué recordar, le decía, si las heridas duelenn, se clavan, anidan, destrozan en lucha despareja su cuerpo de niña envejecida.
Estaba segura que la entendía. Entrecerró los ojos y le dijo suavemente, sí, cierro mis ojos, acaricio tu lomo complaciente, confundo tu sumisa mirada con la mía en el vacío del túnel de sombras que me llama y es mejor que enfile con mi robe, mortaja a punto de cambiar de mano, los escarpines que ya piden basta y a tu lado me deslice hacia el espejo con su mentirosa visión de mi antigua esbeltez, me acueste en la cama para llorar como siempre y amanezcamos yo en mi cama y vos a mis pies.
Y Moro entendió.

miércoles, 1 de octubre de 2008




CARLOS FRANCISCO

SERGIO MUJICA



ERNESTO CARDENAL























Hoy tengo una pena, de ésas que me acometen y más cuando se refieren a las injusticias.


Decía Ernesto Cardenal: ( en un salmo hereje)

Al perderte yo a tí
Al perderte yo a tí tú y yo hemos perdido.
Yo porque tú eras lo que más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a tí
pero a tí no te amarán como te amaba yo.



Este sacerdote y poeta, con su barba, su boina, su camisa de siempre, sigue con el mismo compromiso idológico de hace 60 años.
No se le perdona el disenso. A este ex Ministro de Cultura tras la revolución de 1979, se le congelan sus cuentas corrientes y recibe únicamente 100 dólares de pensión, cuando su gasto en medicamentos es seis veces mayor

Ernesto Cardenal tiene 83 años y recibe cantidad de acusaciones como las de explotar indígenas y ser alcohólico.
Vive en Managua y está agotado por la lucha de toda su vida y por sus años.
Su postura ante la dictadura institucional de su país, Nicaragua, me hace volver a la frase y al pensamiento " el hombre es el lobo del hombre".
Este tenso poeta y sacerdote, humanista, gran religioso ha sido solidarizado por 200 intelectuales de todo el mundo. Tales como Juan Gelman, Eduardo Galeano, Mario Benedetti, José Saramago e Ignacio Ramonet
Juan Gelman, según Emiliano Guido dice:"Por fin puedo expresar mi repudio a este acto contra Ernesto Cardenal de quienes de sandinistas ya no tienen nada y ni el taco del zapato le llegan al gran poeta, al gran humanista, al gran religioso. Puedo ahora declarar públicamente que me alegra haber rechazado la orden de Rubén Darío que querían otorgarme. Esos nombres, Rubén Darío, Ernesto Cardenal, seguirán vivos cuando la infamia se apague".
La honestidad ideológica de Juan Gelman se mantiene indemne ante honores o premios, y esto hace que sienta un gran respeto por él.

"Cardenal luce iincólume ante el aluvión ideológico del promodernismo neoliberal", argumenta Jacobo García , desde el diario El Mundo de España. Otro escritor, argentino, Arturo Sasturain dice de él "Es el cura Cardenal pero no parece cura y sí Cardenal, aunque nunca será Papa".
"Ni en Managua ni en el Vaticano ", agrega Emiliano Guido del semanario Miradas al Sur, artículo que leí con mucho atención, por lo bueno.
"Me siento triste y agotado, perseguido por perros rabiosos" dice el poeta en la mansedumbre de su patio hogareño de Managua ( dice Emiliano Guido)

Y este maravilloso hombre me hace parangonarlo con el padre Mujica.

El sacerdote Carlos Mujica, Carlos Francisco Sergio, había nacido en Buenos Aires el 7 de octubre de 1930, siendo tercer hijo de Adolfo Mujica, diputado conservador y ex Ministro de Relaciones Exteriores del Presidente Arturo Frondizi y de Doña Carmen Echagüe, hija ella de terratenientes adinerados. A él, el mundo de los pobres le era desconocido, cinco disparos de lo ametrallaron.
Murió en el Hospital Salaberry.
Como Cardenal, en su historia personal, descubrió el mundo del hambre y la miseria. Nunca abandonó la vereda de los humildes, bien sabido que ello le trajo innumnerables inconvenientes.

Estos dos hombres son paradigmas de la verdadera vocación de servicio. No es exactamente propiedad de los religiosos, es su verdadera razón del paso por la vida
Me pregunto siempre ¿De qué vale pasar por ella si no se está dispuesto a tender la mano hacia abajo o al costado y elevar, en valores metálicos o en la enseñanza , que realmente, si somos "humanos", como especie, somos todo iguales?

Estas disgreciones son nada, comparadas con la obra de estos hombres y otros tantos que han dado su vida por mejorar a otros, sin pensar en ellos mismos.