Llegó al San Martín con tiempo. Había entradas todavía. Como siempre las dos compartirían Danza Contemporánea. Como tantas veces.
¿1989? Reponían Bach N° 3, Triple tiempo, Bailando en la oscuridad. Hoy bailaban Danza para cinco percusionistas, de Alejandro Cervera.
Dejó la entrada de ella en boletería por las dudas. Temió por su tardanza. En el San Martín como en el Colón, si no se llega antes de levantar el telón, hay que esperar el intervalo. Ella nunca llegaba tarde. Siempre salían juntas desde la casa.
Se sentó. Apoyó la cartera sobre su falda. No le gustaba ocupar el otro asiento reservando el lugar. Justo antes de comenzar, Micaela llegó, con su hermoso tapado rojo con cuello y puños de terciopelo negro. ¡Qué bien le sentaba! Era su prenda eterna.
Como tantas veces le dio un beso apurado.
Como tantas veces se quitó el abrigo silenciosa y meticulosamente.
Como tantas veces suspiraron con la suba del telón.
Como tantas veces no quitaron la vista del escenario.
Como tantas veces, en algún instante sus manos se juntaron y apretaron.
Como tantas veces, miraron hacia atrás para ver si Wainrot y Cervera estaban en algún lugar de las últimas butacas de la platea.
Como todas las veces aplaudieron de pie con fervor y un ¡bravo!
Como todas las veces, ya en la calle, guardó su entrada y la de ella en su cartera.
Como todas las veces, volvió a su casa, sola.
Como todas las veces, volvió a su casa, sola.
4 comentarios:
Muy bueno.
Sonia: Que imaginación!!!! Muy bueno!
Besos
Gracias Hilda y Eliane, amigas, escritoras, poetas, mis lectoras.
Danza... fue estrenada en el Sían Martín en esa fecha. Fue una de las tantas obras en escena puestas por Wainrot y Cervera que calaron hondo en mí.
Lo demás, como Eliane dice, es obra de la imaginación.
Un abrazo
Esos amores que solo comparten breves momento, y luego cada cual por su lado.
un relato tan real, que no parece una ficción
besos
María Rosa
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