Anochece. La hora más brillante y luminosa se impone en Buenos Aires con las voces humanas y el ruido de motores. La luna hace su aparición no entorpecida por nubes atrevidas que suelen insinuarse. Resplandecen las luces.
Llega al Obelisco, enhiesto en el mal llamado “centro”, ése, el que distingue a la reina del Plata, el que detenta esplendor y añoranza ganada por los años. Nuevos cafés, restoranes y sin la presencia ancestral del Trust Joyero..
Solo entre el gentío que va y viene, con el gesto emitido desde su timidez primaria, estrena un deshinibido ritual. Como por arte de magia, desnudo ante el mundo, ataca con la armónica cantando la libertad… …“Creo en la vida”… Pareciera que el mundo se detiene. La palabra Libertad resuena en medio del fraseo de la armónica y el rasguido de la guitarra, Le sucede un toque cantando al amor con la guitarra virtuosa blandida como trofeo y aparce una pandereta del luthier que la marca cuando entona…quién soy yo…
No mira, no escucha nada que no sea su voz. Entre el improvisado público una cámara lo filma. Él ya no se arredra. Admitió su verdadera desnudez. Los que pasan a su vera, uno, dos, hacen ahora muchedumbre de ojos y oídos absortos, conquistados por quién no saben de dónde ha venido. Los aplausos sobrevienen, el canto se agiganta, cubren los ruidos callejeros hasta acallarlos y reina el silencio.
Los dedos ágiles acarician las cuerdas, la voz templada ha logrado silenciar el vocinglerío y el porte elegante del artista cautiva a la audiencia inesperada.
Termina el concierto, mientras prosigue el deambular de las gentes. Queda el Obelisco, sin su Trust Joyero a la espera de otro personaje.
Ella, desde un lugar lo observa al descuido (¿otro más? se dice)…le atrae el músico, el hombre. Zizzaguea hasta él, sin palabras enfunda la guitarra, levanta sus ojos, y sus oídos se regalan con una alegre música, ¿vamos por un café?
1 comentario:
Muy buen relato Sonia, en dónde el vértigo y la descripción del momento están muy bien logrados. Me encanta que termine ¿vamos por un café? Un abrazo gigante. Merci
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