Hoy, cuando todavía creemos que la guerra fue una patriada.
Hoy, en que todavía nuestros hombres muchachitos de entonces aún creen que valió la pena.
Hoy, siento más tristeza, más pena y más rencor.
Tristeza por los muertos, pena porque los vi con armas inútiles, desprovistos de la ropa adecuada, sin el alimento necesario y rencor hacia aquéllos que desde un sillón arengaron a niños a enfrentarse con los piratas de siempre.
¡Cuánta mentira! ¡Cuánto engaño! ¡ Cuánta ingenuidad del pueblo todo !
No festejo, no. No puedo fetejar tanta desgracia inútil, tantos chicos engañados, tantas familias desconsoladas. Es para mí un día de duelo. 2 de abril. Patria enlutada. Patria mía.
1 comentario:
Coincido en que homenajear en muchos casos no es lo mismo que festejar. Es dificilísimo honrar y conmemorar muertes sin sentido. Es muy bueno el texto Sonia. Un abrazo, Merci
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