martes, 6 de mayo de 2008


ELOÍSA

Salgo a caminar. Estás sentada bajo la tila.
Tus manecitas finas mesan tu cabellera. Me digo, qué parecida a mí cuando adolescía. Me acerco.
Una nube oscurece más la noche. Me miras. Te miro.
Me abrazas. Lloras. Te llevo conmigo.
Esta mañana soleada me dices, “¿te acordás Javiera la noche aquella bajo la tila?
Claramente, Eloísa, respondo mientras tiendo las camas.
Javiera, yo llevaba una 32 para matarme.
No le cuento que yo tenía otra igual para mí, escondida bajo mi capa.

2 comentarios:

mercedes saenz dijo...

Es muy lindo Sonia, muy bueno. Una sencillez en el relato y un final fuerte. Combinación en este extendido que suena perfecto. Un abrazo. Merci

Sonia Cautiva dijo...

Merci.
Vos habás , lo leo hoy, dejé un mensaje, de un colt , de forma ioncreíble y yo de una 38.
¿Diferencia de calibre solamente?
A mí me parece que tenés mucho para enseñar, siempre opinaré que sos una maravilla.
Gracias por tu comentario
Como siempre, un abrazo