Salgo a caminar, del conventillo salgo,
del bandoneón del Negro y los gritos de la China.
El ombú espía con verdor profundo,
hasta me marea, y... ya tomé bastante.
Allí estás con las manos que mesan
tu cabellos de cobrizos reflejos,
dando brillo a la negrura de la noche oscura.
Sos vos, soy yo.
Te parecés, me parecés.
Me mirás, te miro.
La noche nos une,
la edad nos separa.
¿Recordarás muchacha
lo nuestro bajo el manto verde
del ombú “gomía”? Yo sí.
Ibas al final, allí te dije
que dejé a mi” jermu”,
y enfilé derecho
a nuestra felicidad.
2 comentarios:
Hola Sonia, no paso solamente por la amistad que me he arrogado por una libertad atrevida, sino porque necesito alimentar mi espíritu con estas maravillas que lográs poniendo en orden unas pocas palabras. Algo que es materia pendiente para mi. Mi afecto para vos.
Otro texto bello y muy bueno! Un abrazo. Merci
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