viernes, 16 de mayo de 2008

¿ Y ESA SOMBRA?

Esa sombra estaba solapada. ¡La busqué tantas veces! De pronto habitaba en el aula, en las mañanas frescas de la escuelita de la calle Santander, allá por Parque Chacabuco, arrebujada en la capita de piel blanca que abrigaba mi cuello con frío, más tarde en el trayecto del tranvía 26 hasta Callao y Corrientes, donde las columnas heladas del Normal 9 me cercaban todas las mañanas hasta las 12, 20. Después la sombra se perfilaba engañosa ella, en las palmeras del jardín del Normal 8 de la calle La Rioja, unos meses en el 11,en el de Barracas, donde bajaba cada peldaño marcialmente por la majestuosa escalinata, al compás de la marcha militar que no recuerdo cuál era y durante siete años más tarde en medio de la fragancia de la glicina del patio de otro Normal, el 7, hasta el título sin vuelo de Maestra Normal Nacional.
¡Si recorrí Escuelas Normales! Papá cambiaba de Parques Deportivos como Jefe y yo de Escuelas Normales.
La sombra iba conmigo. Melancólica como yo. Una vez la vi. Fue en el subte. Quise distinguirla pero se escabulló en el gentío.
No la vi más. Hasta ayer. Después de tanto.
La sombra no era sombra. Era luminosa. Me cegaba. Me encandilaba y la descubrí.
…Clarito, clarito. Era ella. Me miró, la miré…estaba frente a mí.
No necesitó hablarme desde el espejo. Sólo marcó las huellas del agua vertida y la palidez que me dejaron tanta tristeza en mi cara.

1 comentario:

mercedes saenz dijo...

¿Qué parte de uno puede darse vuelta y convertirse en luz? es una descripción muy buena Sonia, me encantó. Un abrazo enorme. Merci