jueves, 23 de octubre de 2008


ESTABA FRESCO

Una sí otra no. Una floja otra no. Saltaba de baldosa en baldosa jugando. Una sí otra no .Medio de yerba medio de azúcar… mamá le había encargado. Repetía el pedido, no fuera cosa que se olvidara. Nunca hacía mandados. Pero llegó la tía Élida y la yerba y el azúcar faltaban para hacer mate. La tía no tomaba más que mate. Té, no, café, tampoco. Igual necesitaban el azúcar Las visitaba hoy porque no vendría el sábado en que ella cumplía los siete años. Ya soy grande, decía bajito al salir de la casa.
Para ir al almacén tenía que cruzar desde su puerta y caminar media cuadra. El sol no estaba. Hacía fresco. No pensó en ponerse un abrigo, su mamá tampoco.
A medida que saltaba oía el ruido que hacía al pisar las hojas secas. Era divertido. Le sonaban a musiquita…
la la sí…la la no.

Se paró y el sonido de las pisadas no se detuvo
, continuaba. Se quedó inmóvil. Un temblor desconocido le corrió por el pequeño cuerpecito. Impávida se detuvo, con terror se dio vuelta y empezó a correr de vuelta a su casa. Cruzó la calle, empujó la puerta y con una exhalación dijo, mamá, ¡en el almacén no hay yerba ni azúcar !.

1 comentario:

mercedes saenz dijo...

No s llevas por esos caminoos de la infancia, con la misma sensación de responsabilidad e inocencia con que un niño trata de cumplir un mandado, tan especial en este caso. Me encantó "una si, una no en el baile camino de las ¨hojas". Y el final, No hay yerba! Me encantó! Un abrazo hermana. Merci