lunes, 9 de abril de 2007

El Gobelino




Ell gobelino se adueñó de las casas en que viví. No era querido por mi madre ya que venía de Barcelona, cuna de mis abuelos paternos y cuando supe que eran Dante y Beatrice me encerré en la biblioteca familiar para leer La Comedia. A medida que leía, asociaba el nombre de Beatrice con mi tía Beatriz y me adentraba más en el libro y descubría seducción, amor, traición, con ayuda de mi Sopena. Y cada día volvía al texto que me era tan caro y difícil para mi poca experiencia literaria. Me repetía, previa costosa traducción, insistente,” por mí se va a la ciudad doliente, por mí se va al eternal tormento, por mí se va tras la maldita gente”...y trataba de entender. Si Dante se había despedido de Virgilio, numen de La Sabiduría y La Poesía en La Divina Comedia de Alighieri, para luego encontrarse con Beatrice, su amada, la Fe, La Teología, ella, tan cercana a Dios, oh maravilla, esta Beatriz, la tía mía, se conjugaba con Ernesto ( Dante en mi soñar), para acompañarla en el recorrido de su vida. Beatriz venía de padecer, ( oído tras las puertas), ultrajes e ignominias y Ernesto, orfandad, abandono. Beatriz trató de explicarle a su Dante ( Ernesto ) las causas en que perdió su fe y con templanza, la de él, consiguieron unirse con la esperanza de que fuera duradero. Supuse, aún adulta, que Beatriz lograría su cometido. Que Ernesto – Dante, creería en su fidelidad, entrarían ambos en el Paraíso Dantesco. Mezclé lo real con la sobrenaturalidad, superpuestos los tres mundos de Dante con las siete virtudes teologales de las que tuve conocimiento cuando mi madre me instó a tomar la Primera Comunión. La tarde que encontraron a Beatriz muerta en medio de un charco de sangre recordé ”Eleva tu agradecida mente a Dios, que nos ha transportado a la 1ª estrella (canto II). Inspirado en” El Paraíso

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